Enamorarse de nuevo

Me miré al espejo esa mañana como todos los días,

miré mis ojos a medio brillar por la luz del sol que entraba al abrir la cortina

y me dije: hoy quiero enamorarme de nuevo.

 

El enamorarme no es una necesidad recetada,

pero es un estado en el que me siento plena… agua y energía,

es porque me gusta tener ese tipo de amor en el corazón…

simplemente es bello el amor.

 

Entonces hice mi rutina normal,

demoré lo normal para estar lista y salir al mundo

-un mundo que no es el mío dentro de mis cuatro paredes-,

tomé mi bicicleta y emprendí camino.

 

Ese día pensé enamorarme;

entonces todo tendría otro sentido,

apreciaría aún más los detalles del tiempo

y querría a todos y todo porque «hoy quiero enamorarme».

 

//El viento me entregó esas suaves caricias que da el amor,

los colores de las casas que veía en el viaje me recordaron los matices del amor,

las expresiones como: ¡Cuidado nina!, los ciclistan no deben andar por la vereda me recordaron las alertas que entrega el amor,

la luz de la mañana, la tarde y el anochecer me recordaron que aunque la luz sea un ascender y descender de longitudes de onda,

siempre existe una razón para al otro día ver la luz con la misma intensidad que el ayer//.

 

Amaba todo ese día;

las palabras y los silencios,

los movimientos y las calmas inertes,

el día y la noche, los minutos y las horas,

el desayuno y la cena por igual.

 

Y al caer la noche,

me tiré en la cama de flores tan primaveral,

miré por la ventana y con las estrellas sentí que me había enamorado de nuevo,

no de un hombre…

sino de mi vida y mis días,

todo podía ser como yo quisiese,

sólo tenía que creer en mi nuevamente y constantemente.

¿Amigos de facebook?

Una vitrina de fotos, de posteos y de videos que te gustan,

un espejo difuso de quién eres,

cuentan los me gusta de sus fotos,

de sus estados a veces tan animosos y otros tan penosos,

te dan ganas de vomitar con estados tan melancólicos,

te da risa ese estado gracioso porque se te quedo abierta la sesión.

 

El espacio perfecto para aumentar tu egocentrismo,

el yo-yo del muro me da ganas de dormir eternamente,

eres psicóloga de estados comentando buenas energías y dando consejos virtuales.

 

Pero… vemos muros, no vemos inboxs,

a veces lees otros y te caes de espalda,

porque no falta el hombre que te halaga aunque no hayan amigos en común,

otras veces los secretos mejor guardados se cuentan en la ventana del chat,

secretos al que le aplicas el «delete»,

te envían stickers, te saludan con un hola, cómo estás y hasta ahí llego la conversación,

te dicen guapa y después se encuentran en la calle y no se saludan,

dicen te extraño, pero no queda más que en los mensajes antiguos que no se hicieron realidad.

 

Tienes más de cien amigos,

a cuántos de esos cientos puedes hacerles check en la lista como amigos de verdad,

con cuántos de ellos hablas, cuántos de ellos importan en el día a día.

 

Dejas de seguir a personas porque suben decenas de estados y fotos diarias,

¿Quién a veces no lo ha hecho?…

y después haciendo terapia de muro facebook, releyendo tus estados y tus notas,

te das cuenta que has convertido la mitad de tu tiempo en algo virtual.

 

Amigos de facebook,

amigos invisibles como los dibujos «La mansión Foster de amigos imaginarios»,

amigos eternos, de la vida con quienes ya no hablas,

estados etílicos de los que te arrepientes a las horas siguientes,

equivocarse en la ventana del chat y terminar contándole la vida a ese XX.

 

Espacio virtual, espacio vacío,

espacio virtual, espacio que te empodera,

donde las palabras son la mejor herramienta,

nadie te cuestiona a la cara,

y si no te gusta algo lo borras y ¡Listo!.

 

¿Cuánto te duró facebook cerrado la última vez? -necesidad creada-.

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Somos como talismanes, tan preciados el uno para el otro,

soñamos en tiempos distintos, pero despertamos del descanso juntos,

caminamos a paso diferente, pero nos encontramos al final de la vereda,

tenemos colores de piel distintos, pero nuestra combinación se parece al atardecer.

 

Somos como golondrinas volando, tan libres y con un amor tan im-perfecto,

adornado de palabras, pero con silencios cómplices,

impregnados con el sudor del otro, como si fuéramos uno,

y sin embargo somo dos, tan independientes del otro y tan dependientes de nuestra conexión.

 

¡Despierta! -esto es un sueño más-…

un amor de luna llena, que ve amaneceres ocasionalmente,

un amor de primavera, de esos que te alegran el día y te hacen suspirar sin motivo,

un abrazo eterno que se lleva tu silueta de mi cama.

 

Por suerte para tu corazón la primavera aún no acaba,

y quizás, sólo quizás haya un amor de los buenos por ahí.

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Todos hemos tenido días, semanas, meses y años malos,

pensando que nada más terrible nos puede pasar,

acumulando malas experiencias y tristes historias,

pensando cuándo se le pondrá fin a ese puntero que avanza con una sombra.

 

Semanas malas, la historia de vida mi vida,

a la que le pongo matices melodramáticos a veces,

otras tantas unas victimizaciones con cuadros de actuación intermitentes,

semanas en las que bebo agua estancada, porque la pura no es opción… no llama la atención.

 

Pero por suerte para algunos, la vida es como una montaña rusa,

donde el camino se vive a velocidades distintas,

a vientos más o menos rápidos,

a más o menos latidos de corazón por minuto,

entonces siempre existe la esperanza.

 

Entonces por qué dejamos que la pena nos ahogue,

por qué imaginamos que la vida se puede acabar cuando queramos,

que nos gustaría estar en un sueño eterno,

que alguna divinidad está enojada con nosotros y por eso tantas cosas malas.

 

Mejor pensar las cosas con claridad al otro día,

mejor esperar a que amanezca para poder nutrirnos de la luz,

mejor escuchar música para alegrar el alma,

mejor ir a bailar y dejar que el cuerpo tenga un movimiento natural.

Amor tiene cuatro letras y es una palabra

He contado las palabras que te he escrito, más de cien mil en una sola noche pude contar, porque las horas y el tiempo es finito en este pasar. Los primeros textos eran de una entrega infinita, de una ternura más blanca que las nubes después de un día de lluvia, con una alegría inmensa y un amor del que sólo los primeros meses de relación sabe.. tan intenso, tan incondicional y de tanta pasión. Las palabras siempre en mi han salido como salen mis locas ganas de amar, un fluir que a veces quisiera sea espeso para que demore más en expresar-me. De tan entregada los meses de amor fueron maravillosos y vivaces, mi corazón palpitaba más de lo natural y estadístico y mis ganas de mirarte eran casi desquiciadas. Éramos un amor normal, un amor terrenal. Cuando me enamoro las palabras surgen como de la nada, el primer texto hablaba de los por qué te quería, el segundo de lo que sentía por llevar el corazón llenito de amor por la calle y del tercero hacia adelante de lo tan feliz que me hacías. Pero el amor se desvanece de a poco si no se es compañero en el camino, si la búsqueda de la felicidad no tiene el mismo sentido para ambos y para qué hablar de los amaneceres, yo siempre pensé que ese degradé en el cielo eran mis tonalidades de amar-te. [Quise arreglar el nosotros con palabras, con textos y citando a los poetas más inspiradores que he leído estas últimas primaveras, quise reinventarme y ser la mujer que querías a tu lado -mi mayor error fue ser quien no soy-, descubrir quién soy fue tarea de tiempo, saber qué quería es tarea inconclusa. Anochecía y yo seguía escribiendo, como el sombrero loco de Alicia -imagíname a mi con mis textos-, las ideas quemaban mi corazón, arrancaban mi energía y cuando la llama se encontró con ese remezón me sumergí en un mar de palabras -izquierda, derecha.. arriba, abajo.. norte, sur… este-oeste- todos los cardinales contenían letras. Ama de las palabras, cómplice del viento que las llevaba hasta tu boca para arrimarte al encanto del amor bajo presión literal. ¡Arráncalas de mi!, llévalas al balcón y déjalas pensar, que las palabras se encuentren, que jueguen, que se burlen de los amores que transitan bajo ellas… pero sácalas de mi. Puntos suspensivos, mi caracter favorito repetido tres veces; porque quizás fue un punto final que se dio cuenta que su historia podía contener más palabras, más frases y otro desenlace.. quizás ese camino que era el favorito resultó ser miseria, ¡O quizás no! y fue la maravilla del espacio sideral. ¿Quién lo sabe?.. ¿Quién se arriesga?.. por eso ahora ocupo sólo dos puntos (..), porque no se si quiero otra historia más, escribir hace que duela la cabeza, escribir hace que duela el corazón y se piense más de lo normal -quisiera tener atrofiada esas doce partes del cerebro que se manifiestan al amor, quizás no sería una cuenta cuentos del romance y me dedicaría más a vivir.] Los siguientes textos hablaban de los bajos y altos, ¡Qué facil es saber cuál es mi estado de ánimo si me leen!, quería que nos encontráramos de nuevo, pero eso no sucedió. Los amores tienen fecha de término, una amiga siempre me dice eso, pero yo la porfiada insisto en que el amor no puede ser así; le hablo a la amiga de ese amor de películas y termino diciendo-me que eso es ensueño, le cuento la historia que una vez vi en la tele de un amor imposible que lucho hasta que lograron estar hombre-mujer juntos, pero eso lo vi en la tele.. termino pensando que quizás algunos somos raros no más, que el amor no nos viene en la vida o que quizás debemos dejar de buscarlo para encontrar-lo.. pienso: igual echo de menos decir te amo, o tener ese apretón de guata que hace que quiera suspirar eternamente, sentir que el aire es más fresco, caminar mirando el sol sin quedar ciega de tanta luz. A veces pienso que los hombres son el problema, pero después me siento tonta por querer generalizar al género; es verdad que me he encontrado con varios prototipos, pero es cierto que también he conocido a hombres bellos.. quizás debiésemos dejar de mirar ese reloj biológico que llevamos impregnado y empezar a sentir sin cadenas -llévense mis palabras que son mis cadenas-.

 

En fin, aún creo en el amor y me queda aguante para mi vida entera y eso es lo que me hace feliz

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Con querer o sin querer estamos sumergidos en la realidad.

 

A veces el momento de tratar de dormir es eterno,

no basta contar ovejas o aplicar la técnica 4 – 7 – 8,

porque simplemente el no dormir es querer mantener un recuerdo vivo.

 

Me gustaría tanto iluminarme de día y apagarme de noche,

para que así el recuerdo no sea fugaz – sí, como las estrellas -,

ilumninarte entre la multitud que no es multitud,

querer humanizarte lentamente.

 

Quiero también,

que nos crucemos en la vereda de la virtualidad

y recorrer por qué no los andenes inexactos.

 

Luz.. colores.. vida..

 

¿Te diste cuenta que nuestros ojos ya no son indiferentes?,

 

tan sólo nos queda converger y licitar sentimientos,

¿Quizás se nos adjudique la propuesta de sentir?.

 

 

¡Déjame! que por esta vez quiero ser yo la última que apaga la luz.

Universos paralelos

A veces buscamos nuestro destino, las cosas no siempre son circunstanciales.

Cuando te conocí,

cuando nos dimos el primer beso.
Cuando me dijiste que te gustaba,

cuando me dijiste que me querías.

(Alguna vez nos preguntamos
si se puede querer tan pronto,
sonriendo casi nerviosos;
yo te quiero de manera atemporal,
sin tiempo y sin apuro.. con vida,
y te doy mi alegría y mis sonrisas
que sólo el paso del tiempo saben son
verdaderas)

 

Cuando me miras con rostro de amor infinito,

despertar contigo y ver el brillo de tus ojos.
Cuando  me miras con esa dulce sonrisa y me das un abrazo,
sin que tener que pedirlo.

Cuando quieres compartir cada segundo de tu tiempo junto a mí.

Un mensaje inesperado, esos que te hacen sacar una sonrisa.

Cada cosa, los pequeños detalles,
esos que nadie ve.. e importan tanto.

Humos de amor, humos de risas.

Sentir esa adrenalina de moverse y de regalarle al cuerpo esa vivencia,
morirte y volver a nacer -parafraseo-.
Saber que eres fuerte y buena persona,
dejar que el viento suene en los oídos.
Las cosas llenas de color,
como pedalear por una carretera en un desierto sin fin,

cabello al aire pensando-te.

Que la vida te regale una enseñanza, que vengas de la mano con esta.
La indescriptible felicidad de reencontrarse con algo.. el amor.

¿Con qué adjetivo relacionas tu felicidad? – – – ¿En qué tiempo lo conjugas?

Envolverte en el amor sin miedo, porque ya dejé caer los velos,
tener un príncipe y que nunca deje de ser azul,
contigo un pequeño cuento de hadas.

Entender que cada fin es el principio de un nuevo comienzo y dejarlo partir,

eso me pasó, eres mi comienzo.

Me preguntan qué me hace feliz,

respondo: a veces el universo se reduce a una sola persona.

Hoy lunes

Pienso en los lunes como el principio de algo,
en cuestión no es más que el correlativo de los días,
pero importan los ciclos, más que nada.
Me despido del domingo dormido y malhumorado,
de los sábados de fatiga ambulante,
de los martes a jueves rutinarios por el estancado trabajo,
de los viernes fervientes de música y alcohol.
El lunes comienzo la dieta, pero hoy me comí un pan con trescientas calorías,
hipocalórico debiese ser mi vocabulario no mi dieta, y el letardo de la culpa no debiese llegar,
me quieren por lo que ven y a veces me gusta,
en estados más melancólicos prefiero me quieran por como soy.
Prenderle fuego a la divinidad color bosque, bajar el nivel de ansiedad,
olvidar que duele el corazón, itinerar es estados más intensos,
que el sentimiento de amor explote, que mis ganas de vivir se muevan y renueven,
-me gusta fumar porque hace que levite, que entienda y comprenda, por largo tiempo-.
Hoy es lunes, lo sé porque me lo recuerda la alarma..